viernes, noviembre 03, 2006

VINDICADORES III


Esta es la historia de Kurt Gustav Wilckens, anarquista. Hijo deAugust Wilckens y Johanna Harms. Naci贸 un 3 de noviembre de 1886en Bramstedt, distrito de Segeberg, provincia deSchlegwig-Holstein, en lo que fue la Alemania del Norte lindandocon Dinamarca. Aquel hombre, alto, de cabellos rubios, ojoscolor azul claro, y frente ancha, hab铆a estudiado jardiner铆a, eingresado en 1906 durante dos a帽os, al servicio militar en laprimera compa帽铆a del Garde-Schutzen-Bataillons prusiano. Luegoen 1910, al viajar a los Estados Unidos para perfeccionarse ensu oficio, conoce, trabajando junto a sus compa帽eros deaventuras en las cosechas, las ideas libertarias. Principalmenteestudian las de Leon Tolstoi. Antes de arribar a Buenos Aires el29 de septiembre de 1920, Wilckens tiene un primer conflicto conlos organismos represivos de Estados Unidos. En una fabrica depescados, en donde 茅l trabajaba, dirigi贸 una acci贸n realmentecuriosa. Se envasaban pescados en escabeche y en conserva, perohab铆a dos calidades de mercanc铆a: los mejores iban a parar enenvases de lujo a los almacenes de la burgues铆a, y el resto secolocaban en envases baratos para venderlos en barrios obreros.El mismo convenci贸 a sus compa帽eros de fabrica y procedieron alrev茅s: pusieron las mejores partes en los envases baratos y lasdestinaron a los barrios obreros. El alem谩n, fue expulsado y sefue a trabajar a las minas de carb贸n. Desde 1916 enfrenta unaseguidilla de huelgas, que posteriormente le costaran ladeportaci贸n a su pa铆s natal el 27 de marzo de 1920. Al llegarnuevamente a Alemania, se pone en contacto con sus compa帽eros deideas en Hamburgo, donde se entera que en la Argentina existe unferviente movimiento obrero libertario. Ya en nuestro pa铆strabajo en las quintas frutales de Cipolletti, en Ri贸 Negro, yluego como estibador donde tomo contacto con los trabajadoresrurales y sus organizaciones obreras. Ya en 1922, llegaban aBuenos Aires las noticias de lo que estaba sucediendo con lasmatanzas en la Patagonia: Wilckens seguir谩 con intensasexpectativas el movimiento patagonico; apenas conoc铆a el espa帽olpero se esforzaba por interpretar las noticias de la expedici贸ndel 10 de Caballer铆a a cargo del Tte. Cnel. H茅ctor BenignoVarela. El anarquista era corresponsal de dos peri贸dicosalemanes: Alarm de Hamburgo (贸rgano oficial de la Federaci贸nLibertaria Anarquista y de las Comunidades Libertarias detrabajadores de Alemania) y Der Syndicalist de Berlin,correspondiente a la Uni贸n de Trabajadores Libertarios deAlemania (anarco-sindicalista). Los informes sobre elfusilamiento de los trabajadores rurales patag贸nicos loconmocionaron. La idea de los sufrimientos de esos pobres peoneslo atormentaba. El hab铆a conocido al trabajador patagonicocuando estuvo en Ri贸 Negro y en villa Iris, en el surbonaerense. Los amaba entra帽ablemente por su sentido de laamistad, por su hospitalidad, por su humildad y sus pocaspalabras. La injusticia que se engendraba en el fusilamiento deesos hombres de campo por profesar ideas libertarias, (adem谩s deque 茅l comprend铆a de que solo quer铆an el bien de la humanidad),determinar铆a definitiva y sentencialmente su accionar posterior.Los obreros de Santa Cruz merec铆an justicia. Esa particular ideaa la que los anarquistas llaman "justicia proletaria" comenz贸 agirarle en su cabeza. Suprimir a Varela, aquel militarresponsable de los fusilamientos de 1922 de los 1.500 obrerospatag贸nicos bajo la presidencia de Hip贸lito Yrigoyen, lo seduc铆adesde hacia tiempo. Cuando sus compa帽eros de cuarto estuvieronde viaje, pudo despistar a la polic铆a acerca de su domicilio.Hasta los propios amigos pensaban que se hab铆a marchado a M茅xicoo a Estados Unidos; pero la realidad era que el alem谩n estabapreparando, en silencio, el atentado, para que ning煤n otrocompa帽ero pueda salir perjudicado. Andr茅s V谩zquez Paredes,vinculado a los grupos expropiadores, ser谩 el que le dar谩 elexplosivo. Es evidente que Wilckens para llevar a la practica suatentado tomo contacto con estos grupos, que por ese entoncesoperaban dentro del anarquismo: 茅l no tenia idea de como sefabricaba una bomba. A pesar de su formaci贸n tolstoiana ypacifista, comprend铆a a los compa帽eros mas violentos que nopod铆an soportar la violencia de los patrones y gobiernos.Entonces llego el momento. Alrededor de las 7 de la ma帽ana del25 de enero de 1923, Varela sali贸 de su domicilio de la calleFitz Roy y se encontr贸 encarnada en el firme rostro de Wilckens,a la ferviente furia de los 1.500 obreros patag贸nicos asesinadosbajo su mando. Diecisiete heridas graves: doce producidas por labomba y cinco balazos en la parte superior del cuerpo,sentenciaron los m茅dicos legalistas Klappernbach y del Solar. Alalem谩n no le tembl贸 la mano, pero en su camino paso loimprevisto: una ni帽a se cruzo entre el "fusilador fusilado" y茅l. Se llamaba Maria Antonia Palazzo, de 10 a帽os de edad. Laactitud de cubrirla con su propio cuerpo para que no recibieraninguna esquirla lo hab铆a perdido: las heridas recibidas en laspiernas le impidieron la huida. Cuando noto que tenia huesosquebrados en las piernas vio que cualquier intento de escaparresultar铆a en vano y no resisti贸. Ahora estaba all铆, en lacomisar铆a, en lo peor. All铆, indefenso, frente a los que quer铆any exig铆an saberlo todo: "Fui yo solo. ��nico autor. Yo fabriquela bomba sin ayuda. Acto individual.", explico Wilckens, a loque unos meses mas tarde agregar谩 en una carta fechada el 21 demayo de 1923; "No fue venganza; yo no vi en Varela alinsignificante oficial. No, 茅l era todo en la Patagonia:gobierno, juez, verdugo y sepulturero. Intente herir en 茅l al铆dolo desnudo de un sistema criminal. Pero la venganza esindigna de un anarquista!!. El ma帽ana, nuestro ma帽ana, no afirmarencillas, ni cr铆menes, ni mentiras; afirma vida, amor, ciencia,trabajemos para apresurar ese d铆a". Meses mas tarde Wilckensseria asesinado en la c谩rcel por un miembro de la LigaPatri贸tica Argentina, Ernesto P茅rez Mill谩n. Informe elaborado enbase al libro de Osvaldo Bayer, La Patagonia Rebelde. Tomo 4,"El Vindicador".